Hola, ¿Cómo estás? Espero que lo suficiente bien para disfrutar estas semanas de aparente tranquilidad.
Al parecer, el mundo del presente es uno en permanente convulsión, donde cambiamos de conflictos como un tóxico de relaciones. Lo único cierto es que ninguno de estos conflictos parece tener muchas soluciones ni en el corto, ni en el mediano, y vaya a saber, si en el largo plazo.
Esto es importante para entender de lo que vamos hablar hoy.
Zoltán Pozsar es economista y uno de los directores globales del banco Credit Suisse. Fue asesor en 2015 de las Oficinas de Gestión de la Deuda y a la Oficina de Investigación Financiera del Departamento del Tesoro. También formó parte de la Reserva Federal en 2008, donde formó parte de “la respuesta a la crisis financiera global”, según su bio en el Credit Suisse.
Es posible que no lo conozcas, como me pasaba a mí. Y también que su nombre te suene al del típico tipo trajeado con ínfulas de sabérselas todas. Esos pedantes que en cualquier fiesta levantan la voz para imponer sus temas de conversación, o comentan con ironía sobre los pensamientos de los demás. Y si miras su foto, creo que da la imagen de pertenecer a esa clase de insoportables.
Pero como este no es un newsletter de chimentos no nos vamos a meter ahí. Sí, sería imposible no remarcar el parecido de su foto con la del periodista Martín Caparrós, otro argentino soberbio infumable. Parecen separados al nacer (?).
Por si no sabías, las opiniones de Pozsar se volvieron temas de conversación en los inicios de la guerra de Ucrania. ¿Por qué?, se preguntaran. Bueno, el economista les anticipó a los clientes del banco Credit Suisse que lo más posible, después del congelamiento de reservas a Rusia, es que el mundo pasará del patrón dólar hacia uno basado en materias primas.
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