Golpe en Gabón saca a una familia con 55 años en el poder ¿y a Francia de África?
El séptimo golpe en África desde 2020 ya no deja mucho lugar a dudas sobre lo que está sucediendo.
Emmanuel Macron recién terminaba de condenar el golpe en Níger cuando le cayó uno nuevo en Gabón, uno de los aliados incondicionales de Francia. El interrogante es si son todos orquestados desde el exterior por rivales, como China o Rusia, o replicados por militares que saben que si avanzan, difícilmente sufrirán las consecuencias por la debilidad de Francia, Estados Unidos y el resto de los países europeos. O hay un poco de las dos cosas.
Si bien es cierto que algunas juntas militares, como Malí y Burkina Faso, dieron un paso adelante gracias al respaldo militar del contratista privado Wagner de Rusia, también lo es que las consecuencias han sido bastantes laxas. Y respecto a Níger todo está por verse luego de que Argelia propusiera una transición política para evitar una intervención militar, apoyada por Francia y Estados Unidos, de los países de la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (Cedeao). Ahora la Cedeao tiene un país menos que apoye una acción armada.
Para el expresidente francés, François Hollande, es evidente que hay influencia de China y Rusia para desestabilizar los países africanos y reducir la influencia occidental.
África de alguna manera se parece a lo que decía el escritor dominicano Juan Orlando Bosh sobre el Caribe. Un continente atravesado por “las luchas de los imperios contra los pueblos de la región para arrebatarles sus ricas tierras, también por la historia de las luchas de los imperios, unos contra otros, para arrebatarse porciones de lo que cada uno de ellos había conquistado, y por último por la historia de sus pueblos para libertarse de sus amos imperiales”.
Veamos qué pasó
En un primer comunicado, los militares golpistas informaron que el golpe se debía a las elecciones "poco creíbles" en las que el presidente Ali Bongo fue reelegido el pasado domingo. En ellas, Bongo triunfó con un 64% de los votos y sin observadores internacionales. Solo el 56% de los ciudadanos participaron.
En este contexto, el presidente depuesto impuso un toque de queda y cortó el internet para evitar protestas en su contra. Bongo había sido elegido en 2009 cuatro meses después de que su padre muriera en el poder. Para asegurar su permanencia cambió algunas reglas electorales para evitar que la oposición se reorganizara en su contra.
A pesar de eso, en 2019 sufrió un intento de golpe de Estado luego de atravesar un derrame cerebral. La familia Bongo pasó 55 años en el poder gracias al respaldo francés, antiguo país colonizador.
Durante su reinado, algunas empresas petroleras francesas, como Total y Maurel & Prom SA, obtuvieron contratos petroleros en un país que pertenece a la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP). Lo mismo sucedió con la compañía gala Eramet SA, a cargo de explotar los yacimientos del mineral magneso en uno de los principales países productores. Eramet fue una de las primeras compañías en paralizar sus operaciones luego del golpe. Sus acciones se derrumbaron en los mercados.
De hecho, en un gesto de respaldo público, Emmanuel Macron visitó al depuesto presidente, Alí Bongo, el pasado 2 de marzo varios meses antes de las elecciones. Gabón produce 200 mil barriles de petróleo al día y es un gran productor de manganeso, un mineral necesario para la producción de acero. Pese a eso, un tercio de sus 2 millones de habitantes viven en la pobreza. Por supuesto, Francia fue uno de los primeros países en condenar el derrocamiento de Bongo.
"Condenamos el golpe militar y recordamos nuestro compromiso con elecciones libres y transparentes", dijo el portavoz del gobierno francés, Olivier Veran. París tiene, además, 350 soldados en el país. China pidió una resolución pacífica y Rusia dijo que esperaba un rápido retorno a la estabilidad. Mientras que la Unión Europea, Gran Bretaña y Estados Unidos se mostraron preocupados por el golpe al igual que Francia.
El jefe de política exterior de la Unión Europea, Josep Borrell, dijo que los ministros de Defensa y Asuntos Exteriores del bloque discutirían la situación en Gabón y la región más amplia de África Central y Occidental en reuniones el miércoles y jueves, según Al Mayadeen.
El líder de los militares, el general Brice Oligui Nguema, declaró al diario Le Monde; "en Gabón hay descontento y, más allá de este descontento, está la enfermedad del jefe de Estado. No tenía derecho a un tercer mandato, se infringió la Constitución y el método de elección en sí no fue bueno. Entonces el ejército decidió pasar página y asumir sus responsabilidades".
Los golpistas dijeron que "habían arrestado al hijo del presidente, Noureddin Bongo Valentin, y a otros por corrupción y traición". Una multitud apoyó el movimiento militar. "Estoy marchando hoy porque estoy alegre. Después de casi 60 años, los Bongos están fuera del poder", dijo a Reuters Jules Lebigui, un desempleado de 27 años, que se unió a los festejos en la capital de Libreville. Aparecieron imágenes del líder militar llevado en andas y también videos de una multitud en las calles de la capital.
El golpe se dio justo después de que la Comisión Electoral anunciara los resultados. Así la junta militar de Gabón se une a las de Chad, Níger, Burkina Faso, Malí, Guinea y Sudán.
Mark Pursey, un consultor político británico que asesoró la campaña de reelección de Bongo, dijo a Al Mayadeen que el presidente estaba bajo arresto domiciliario. También que según las encuestas de su empresa, BTP Advisers, Francia es profundamente impopular entre los gaboneses. A Pursey lo sorprendió, además, la diferencia con la que había ganado Bongo, bastante lejos de lo que decían las encuestas de su empresa.
El golpe, a diferencia del de Níger, parece tener mucho más apoyo en la calle. Su dimensión, quizás lo explique, la historia de los Bongo y su vínculo con Francia.
¿Quiénes eran?
La familia Bongo llevaba 55 años en el poder en Gabón con un patrimonio de cientos de millones de dólares en el exterior.
Omar Bongo fue miembro de la Aviación francesa durante los años 50 cuando Gabón pertenecía a una "unidad territorial francesa", compuesta por Chad y la actual República Centroafricana. Con la independencia del país, se convirtió en parte del gobierno del por entonces presidente Léon M'ba, elegido después de que Gabón se separara de Francia en 1960.
M´ba fue reelegido en la presidencia sin oposición con casi el 100% de los votos en 1967. Bongo, que contaba con el favor del presidente francés Charles De Gaulle, fue nombrado su presidente después de un meteórico ascenso dentro de la pirámide gubernamental. Cuando M´Ba falleció, Omar Bongo asumió la presidencia gubernamental. Lugar que no abandonó hasta su muerte en 2009. Con el apoyo de Francia, Bongo estableció un régimen de partido único al igual que el resto de sus antiguas colonias.
En las elecciones de 1973, 1979 y 1986 ganó con el 100% de los votos sin competidores ni opositores.
"A lo largo de su excepcionalmente dilatado mandato, Bongo no hizo más que acentuar la línea de cooperación con la antigua metrópoli colonial, Francia, a todos los niveles, sin faltar la acción exterior. Durante la guerra civil nigeriana de 1967-1970, Libreville se alineó con París, que suministraba armas a los rebeldes biafreños, y en 1968, luego de hacerlo Tanzania y adelantándose a Zambia y Costa de Marfil, reconoció al Gobierno secesionista de Biafra antes de su aplastamiento militar por el Ejército federal de Nigeria. Bongo respaldó al dictador Mobutu Sese Seko de Zaire, el más famoso y potente gendarme de los intereses franceses en la zona, durante las revueltas secesionistas prosoviéticas en la región de Shaba, la antigua Katanga, de 1977 y 1978, lo que coincidió con su presidencia de turno de la Organización para la Unidad Africana (OUA). Una década más tarde realizó labores de mediación para la conclusión de la guerra civil en Angola", según el Centro para Asuntos Internacionales de Barcelona.
Pese a este alineamiento, Bongo se convirtió al islam en un intento de atraer inversiones de las monarquías árabes y mantuvo relaciones con la Unión Soviética y China. También unió a Gabón a la Organización de Países Productores de Petróleo en los años 70. Aunque el apoyo francés fue lo que lo sostuvo cuando en los 80, nació el Movimiento para la Restauración Nacional que planteaba su remoción y el establecimiento de un sistema multipartidista.
El presidente francés François Mitterrand mantuvo inalterable el trato por lo que Bongo reprimió al movimiento con detenciones y proscripciones como había hecho en todos sus años de gobierno. ¿A cambio de qué? De las concesiones mineras y petroleras para las compañías francesas. Y el mantenimiento de una base militar permanente en Libreville, que permitía a Francia desarrollar sus actividades armadas en "sus antiguas colonias" de Senegal y Djibouti.
En opinión del dictador, Gabón sin Francia era "como un coche sin conductor" y Francia sin Gabón "como un coche sin gasolina". Bongo era un pilar de la "FrancAfrique", la estrategia geopolítica por la que "Francia se unió a sus antiguas colonias africanas a través del amiguismo, a menudo teñido de corrupción y abusos de derechos", según la agencia AFP.
En estos años, aparecieron investigaciones de enriquecimiento de la familia en el exterior. Una del Senado de Estados Unidos halló, por ejemplo, la existencia de cuentas en el Citibank con cientos millones de dólares depositados en metálico por colaboradores del dictador. En Francia, la familia Bongo compró bienes de lujos, como mansiones y edificios, e invirtió en campañas presidenciales.
“Gabón, gracias al maná del petróleo, había experimentado hasta la fecha uno de los desarrollos económicos más acelerados del continente: en 1989, la mera división del producto nacional por la población daba una renta por habitante de 3.000 dólares, el valor más alto del África subsahariana con diferencia y en todo el continente sólo superado por el de Libia. La estadística era, sin embargo, engañosa, ya que toda esa riqueza estaba pésimamente repartida; de hecho, tendía a concentrarse en las élites dirigentes y más concretamente en el núcleo presidencial. Además, el mantenimiento de los precios internacionales del petróleo en unos niveles bajos desde la segunda mitad de los años ochenta (descontando el súbito incremento de 1990 a causa de la guerra del Golfo, que sólo se trató de un alivio pasajero) iba a generar en los noventa graves dificultades financieras, de tesorería y de pago de la deuda externa”, Centro para Asuntos Internacionales de Barcelona.
También se conoció que el diseñador de moda Francesco Smalto le acercaba "mujeres" a cambio de dinero. Y hasta explotó un escándalo cuando se supo que el dictador retuvo por dos semanas a la miss peruana Ivette Santa María y su novio, invitados a Gabón para participar del certamen de belleza Miss Humanity.
En los años 90, Bongo de nuevo fue ayudado por Francia; por la presión internacional realizó reformas constituciones para permitir el multipartidismo, pero la muerte del líder opositor, Joseph Rendjambe, desencadenó una ola de protestas y saqueos. París envío los soldados de su Legión Francesa para protegerlo.
El dictador gobernó por otros mandatos rodeados de colaboradores y familiares. Uno de ellos fue su hijo Alí Bongo, quien fue su canciller en años 90 y luego titular de la cartera de Defensa en principios de los 2000. Alí era conocido en Gabón por haber grabado en los 1977 un disco de funk titulado "Un hombre nuevo" y ser llamado "señor hijo".
Cuando su padre murió en 2009 siendo el dictador más longevo de África, asumió su lugar sin haber aprendido ninguno de los dialectos del país. De inmediato, realizó algunos cambios electorales para asegurarse el poder y que la oposición no se uniera en su contra.
Eliminó la segunda vuelta y ordenó que las elecciones municipales, legislativas y presidenciales fueran en simultáneo.
En 2009, el hijo del autócrata ganó las elecciones presidenciales con un 41% de los votos. Pero los problemas aparecieron cuando en 2016 ganó por unos cinco mil votos de diferencia. Estallaron las protestas en su contra. En este contexto, en 2018 sufrió un derrame cerebral y pasó diez meses hospitalizados. Esto fue aprovechado por un grupo de militares que intentaron, sin éxito, darle un golpe mientras estaba recluido en un sanatorio de Marruecos.
Este año, el hijo del dictador más longevo de África se aprestaba para ser relegido. Como su padre, ya había recibido el beneplácito de su protector europeo, el presidente francés, Emmanuel Macron, con una visita el pasado 2 de marzo. También se había pronunciado en contra de los otros golpes en la región; ocho en menos de tres años. Como en otras ocasiones, los Bongo realizaron una elección, sin observadores internacionales, y se proclamaron ganadores con un 60% de los votos. Cortaron el internet e impusieron un toque de queda para evitar protestas.
Unos días después, un grupo de militares, liderados por su jefe de guardaespaldas presidenciales, le dieron un golpe y encarcelaron a su hijo continuador de la dinastía, Noureddin Bongo Valentin, por "alta traición y malversación de fondos".
Una investigación judicial en Francia estima que los Bongo tienen un patrimonio inmobiliario de 89 millones de euros. A costa de los 2 millones de gaboneses que en un tercio viven de la pobreza.
La salida de los Bongo, sin lugar a dudas, significa la pérdida de una de las familias más cercanas a Francia.