Julian Assange contra el mundo; su última oportunidad de no morir en prisión.
El caso de Assange ha estado plagado de irregularidades; jueces y testigos amañados. Hagamos un recorrido por el proceso A principios de 2021, la jueza británica Vanessa Baraitser rechazó la extradición de Assange por sus problemas de salud mental.
Para darse una dimensión: Nilz Melzer, relator de la ONU para la Tortura, lo visitó en la cárcel de Belmarsh, dedicada a encarcelar "terroristas". Para Melzer; Assange sufrió un régimen de aislamiento que puede ser considerado una forma de tortura "psicológica". Según él, el sufrimiento progresivamente infringido “como resultado de su prolongado confinamiento solitario, equivale no solo a una detención arbitraria, sino también a tortura y otros tratos o castigos crueles, inhumanos o degradantes”.
En mayo de 2019, el relator visitó a Assange en la cárcel junto a dos expertos médicos. Su conclusión, por ese entonces, fue similar a la de ahora; que había sido “expuesto a una tortura psicológica prolongada, lo que le ha generado un ansiedad crónica y traumas psicológicos".
Cuatro años antes, el Grupo de la ONU sobre la Detención Arbitraria había emitido un informe en el que concluía que Assange “había sido sometido a diversas formas de privación arbitraria de la libertad, como diez días de detención en la prisión de Wandsworth de Londres, 550 días de arresto domiciliario y la continuación de la privación de libertad en la Embajada de Ecuador en Londres que duró casi siete años”.
“Assange no es un enfermo mental, es un hombre inteligente y resistente. Si ahora sufre de problemas mentales, como una ansiedad constante, es por el abuso que ha sufrido en prisión”, remarcó Melzer en una entrevista a RT. La jueza británica Vanessa Baraitser le dio la razón. En su fallo dijo; “la impresión es de un hombre deprimido y algunas veces desesperado que teme por su futuro. Estoy convencida que los procedimientos descritos por EE.UU. no evitarán que el señor Assange encuentre una manera de suicidarse. Por esa razón he decidido que la extradición sería opresiva por causa de su daño mental“.
Pero el fallo fue apelado por la Fiscalía británica, que representa a EEUU, en el Tribunal Superior de Londres. Dicho tribunal tiene magistrados relacionados con los funcionarios británicos que trabajaron en la detención y persecución de Assange.
"El Lord Presidente del Tribunal Supremo Ian Burnett, el juez a cargo del destino de Julian Assange, es un amigo personal cercano de Sir Alan Duncan, quien como ministro de Relaciones Exteriores arregló el desalojo de Assange de la embajada ecuatoriana", según Declassified.
El Tribunal Superior de Londres, por supuesto, ordenó la extradición de Assange por considerar que su salud estaría garantizada en Estados Unidos Más allá de su obvia decisión, datos como estos remarcan el papel de Gran Bretaña en la persecución de Assange. Alan Duncan, exministro de Relaciones Exteriores, fue clave en la detención del fundador de Wikileaks.
En marzo de 2018, Duncan escribió en su diario; “creo que casi llegamos a un acuerdo con Ecuador para sacar a Julian Assange de su embajada en Londres. Han sido necesarios meses de negociaciones delicadas, pero casi casi".
Desde la llegada de Lenin Moreno a la presidencia de Ecuador, Duncan habló por teléfono con el canciller ecuatoriano, José Valencia, y varias comitivas británicas visitaron Quito para convencer a las autoridades sobre la entrega de Assange. Mientras Assange era espiado por una empresa española de seguridad a cargo de la embajada de Ecuador en Londres.
Incluso, esta compañía privada, UC Global , colaboró con la Agencia Central de Inteligencia (CIA) luego de ser contratada por el servicio de inteligencia de Ecuador. Para el 11 de abril de 2018, día de la expulsión de Assange, Duncan ya sabía lo que iba a suceder. Con rapidez siguió toda la detención del fundador de Wikileaks desde una sala de operaciones del Ministerio de Relaciones Exteriores de Gran Bretaña.
"De repente, el juego está en marcha: me dijeron que Assange saldrá de la embajada [ecuatoriana] hoy. De modo que dejo todo y me dirijo a la Sala de Operaciones en la parte superior del Ministerio de Relaciones Exteriores". escribió en su diario. "La Operación Pelícano está en marcha, debidamente asistida por un funcionario que lleva una corbata con motivos de pelícano”, agregó.
En junio de 2019, el propio Duncan organizó una fiesta en su oficina para festejar el encarcelamiento de Assange. En julio de 2019, el canciller le agradeció en persona a Lenin Moreno, presidente de Ecuador, en un encuentro en el país. “Le di un hermoso plato de porcelana de la tienda de regalos del Palacio de Buckingham. El trabajo está hecho", escribió en su diario.
"Los costos combinados de los tribunales, los fiscales y la prisión utilizados para el caso de extradición de Assange ascienden a 433 mil dólares”, según la estimación de Declassifieduk sobre lo gastado por Gran Bretaña en el caso Assange.
El fallo y el destino de Assange.
De más está decir; que la justicia británica ordenó la extradición de Assange a un país, EEUU, que planeó asesinarlo en 2017 a través de la Agencia Central de Inteligencia. EEUU considera a Wikileaks, además, un "servicio de inteligencia hostil". Que torció testigos en su contra, como el hacker islandés, Sigurdur “Siggi” Thordarson, quien dice haber mentido al decir que el director de Wikileaks le había ordenado robar información confidencial de políticos y la Organización del Tratado del Atlántico Norte. (Según el hacker, su declaración fue a cambio de un acuerdo de inmunidad con el Departamento de Justicia de Estados Unidos).
También se acusó de violación a Assange en Suecia en un caso donde la "evidencia no era lo suficientemente fuerte como para presentar una acusación formal”, según la Fiscalía Sueca. El caso se cayó ni bien Assange fue detenido en Gran Bretaña.
Ante esta serie de atropellos, la familia de Assange ha decidido apelar su extradición.
Según el periodista Mohamed Elmaazi, presente en la primera audiencia frente al Tribunal Superior de Justicia, la defensa de Assange pretende apelar al fallo de extradición de la jueza Vanessa Baraitser por no haber tenido en cuenta aspectos fundamentales del caso.
Veamos algunas de las consideraciones de la defensa:
El tratado de extradición entre Estados Unidos y el Reino Unido prohíbe claramente la extradición por delitos políticos.
los delitos por los que se procesa a Assange, a saber, el espionaje, entran en la categoría de delitos políticos “puros” o “evidentes”;
fue un “abuso de proceso” que Estados Unidos solicitara la extradición de Assange por delitos políticos;
extraditar a Assange en violación del tratado de extradición “resultaría en una detención arbitraria” y en violación del artículo 5 del Convenio Europeo de Derechos Humanos (CEDH);
la extradición representaría una “negación flagrante” de su derecho a la libertad de expresión según el artículo 10 del CEDH, incluida la posibilidad de que se le nieguen protecciones según la Primera Enmienda de la Constitución de Estados Unidos.
Permitir que Assange sea procesado en virtud de la Ley de Espionaje de EE. UU., cuando ningún otro periodista o editor lo ha sido nunca, viola su derecho del Artículo 7 a no ser procesado por actos que no constituían delitos en el momento de sus acciones.
Assange no recibiría un juicio justo en EE.UU.
Además según los abogados de Assange, la jueza no tuvo en información clave surgida durante el proceso. En concreto, la filtración, hecha por Yahoo News, de que altos mandos de la CIA y la Administración Trump habían considerado asesinar al periodista después de que Wikileaks revelase los programas de piratería informática de la CIA.
“Sus abogados también plantearon el hecho de que Assange podría enfrentarse a la pena de muerte, algo que está prohibido por la ley en el Reino Unido. Sin garantías por parte del gobierno estadounidense de que la pena de muerte estaría descartada, no debería permitirse su extradición”, según Elmaazi.
Leamos un poco más su crónica.
Cuando el Tribunal Superior decidió previamente que el galardonado periodista australiano podía ser extraditado, lo hizo después de recibir “garantías diplomáticas” del gobierno de Estados Unidos de que sería tratado de una manera que evitaría el suicidio.
Los abogados de Assange solicitaron inmediatamente permiso para apelar los numerosos argumentos que Baraitser había pasado por alto. En su opinión, al no considerar la prohibición de la extradición en relación con delitos políticos, Baraitser ignoró una prohibición “antigua”, que ha sido incluida en “prácticamente todos” los tratados de extradición del Reino Unido.Es una de las excepciones más fundamentales reconocidas en el derecho internacional y está incluida en tratados con “156 de 158 países” con los que el Reino Unido tiene tratados, explicó Fitzgerald.
Hay una "enorme jurisprudencia" decidida por los tribunales del Reino Unido "sobre lo que constituye un delito político", añadió Fitzgerald, pero Baraitser no consideró nada de esto porque una ley de extradición de 2003 no decía nada sobre la cuestión de los delitos políticos.
El juez de distrito interpretó el silencio del estatuto sobre los delitos políticos en el sentido de que el Parlamento del Reino Unido tenía la intención de eliminar la excepción sobre delitos políticos contenida en el tratado entre Estados Unidos y el Reino Unido. Pero Fitzgerald insistió en que era “un gran paso decir” que esta protección, que ha existido en el derecho angloamericano durante generaciones, “simplemente ha sido eliminada por el silencio”.
Es inaceptable, insistió Fitzgerald, que el gobierno de Estados Unidos pueda solicitar la extradición de Assange mediante un tratado internacional y al mismo tiempo argumente que la excepción de delito político contenida en ese tratado no tiene fuerza de ley.
La decisión del gobierno estadounidense de buscar la extradición de Assange no sólo violó sus derechos bajo el tratado sino que, por extensión, representó un abuso de proceso y violó su derecho a no ser sometido a detención fuera de la ley, concluyó Fitzgerald.Procesar a Assange por publicar información de seguridad nacional filtrada violaría su derecho a la libertad de expresión. Tal actividad “era (y es) legal y común porque es una conducta protegida por principios de libertad de expresión universalmente reconocidos y arraigados”, declararon los abogados de Assange.
Según las alegaciones de la defensa, los tribunales siempre hacen una distinción entre las obligaciones de los periodistas, por un lado, y sus fuentes, por el otro, un punto al que Baraitser no le prestó la debida deferencia.
Assange se ha enfrentado a un procesamiento “legalmente sin precedentes”, que “busca criminalizar la aplicación de prácticas periodísticas ordinarias de obtención y publicación” de información clasificada verdadera que era de interés público.
Sus abogados recordaron cómo las publicaciones llevaron a Estados Unidos a cesar los ataques con aviones no tripulados en Pakistán. Las publicaciones llevaron al Tribunal Europeo de Derechos Humanos a dictaminar que Khaled el-Masri fue secuestrado y torturado por la CIA. Las publicaciones llevaron al ejército estadounidense a modificar sus “Reglas de enfrentamiento en Irak”.
Summers dijo al tribunal que las publicaciones incluso aceleraron el fin de la guerra estadounidense en Irak.Baraitser enfatizó en su decisión que la Ley de Secretos Oficiales del Reino Unido también penaliza la publicación de información clasificada sin autorización. Pero como declararon los abogados de Assange en sus presentaciones, “Cualquiera que sea el alcance potencial de la [Ley de Secretos Oficiales] del Reino Unido, nunca se ha utilizado [al igual que la Ley de Espionaje] para procesar y mucho menos condenar el acto de obtener o publicar (como (en lugar de filtrar) información clasificada”.
“La razón principal de esto [es porque sería] fundamentalmente inconsistente con (y una negación flagrante de) la libertad de prensa. Al igual que en Estados Unidos, los casos de obtención y publicación de información clasificada por parte de la prensa británica son innumerables, pero nunca son procesados. En esta jurisdicción, este procesamiento sería (y aquí la extradición facilita) una violación flagrante [del derecho de Assange a la libertad de expresión].
Los abogados defensores describieron la jurisprudencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos que establece criterios claros para la protección de los denunciantes. Summers sostuvo que la denunciante del ejército estadounidense Chelsea Manning, que filtró los documentos que publicó Assange, claramente satisface este criterio.
Los abogados de Assange señalaron ante el Tribunal Superior que la Ley de Espionaje de Estados Unidos nunca antes se había utilizado para procesar a periodistas o editores.
Como resultado, el gobierno de Estados Unidos está ampliando la aplicación de una ley de espionaje de la Primera Guerra Mundial de una manera que era “completamente imprevisible”. Eso viola los derechos de Assange según el artículo 7 del Convenio Europeo de Derechos Humanos.
“La publicación de información de seguridad nacional filtrada era (y es) legal y común porque es una conducta protegida por principios de libertad de expresión universalmente reconocidos y arraigados”, afirmó la defensa en sus presentaciones. "La divulgación y publicación de información en poder del Estado desempeña un papel vital en una sociedad democrática porque permite a la sociedad civil controlar las acciones del gobierno al que ha confiado la protección de sus intereses".
La audiencia se centró enteramente en los argumentos de la defensa. La audiencia de mañana se centrará en la respuesta del gobierno estadounidense a la solicitud de apelación.
Si el Tribunal Superior acepta algunos o todos los motivos de apelación como al menos “discutibles”, fijará una fecha futura para que se escuche la apelación de Assange. Pero si los jueces del Tribunal Superior rechazan los argumentos de la defensa, Assange habrá agotado todas sus vías de apelación internas.
La última opción de Assange será presentar una solicitud urgente ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, que se encuentra en Estrasburgo, Francia.
Durante la audiencia surgió la información de que, producto de sus días de encierro, Assange está en un espectro de autismo. Así que sostener un acto de cruel tan grande contra su persona empequeñece a sus victimarios: verdaderos sicarios de la información y la información.
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